domingo, 17 de agosto de 2008

Consideraciones ambientales y geomorfológicas en torno a posibles desarrollos agrícolas y/o habitacionales en la Cuenca del Rio Mucujún, Estado Mérida

Prof. Raúl Estévez, Ph.D.
Mérida 15/08/2008

1. El área geográfica del Vallecito forma parte del ABRAE (Área Bajo Régimen de Administración Especial) de la Cuenca del Mucujún, decretada en 1985 para proteger su vocación hídrica y ambiental, generadora del 80% del agua que consume la ciudad de Mérida y por ser poseedora de uno de los patrimonios ambientales y turísticos mas importante del país. Sin embargo, ignorando esta condición y sin consultar al Ministerio del Ambiente, el Instituto Nacional de Tierras (INTI) declaró 37 de sus hectáreas como tierras ociosas y otorgó cartas agrarias para su explotación agrícola, violando el Artículo 104 de la Ley de Tierras que prohíbe expresamente tal declaración en el caso de los ABRAES y/o de terrenos con condiciones geomorfológicas inadecuadas. Igualmente se desestimaron los Artículos 2, 6 (apartes 3 y 4) y 21 (aparte 10) de la Ley de Consejos Comunales y el espíritu de la Democracia Participativa que impulsa el actual Gobierno, que obligan la consulta a estas instancias del Poder Popular antes de tomar decisiones que puedan afectar la comunidad bajo su jurisdicción. Adicionalmente, al no incluir a la comunidad afectada en la discusión de la medida, se ignoró también el Proyecto de Desarrollo Integral que la Mancomunidad de Consejos Comunales tiene para esa zona y que fue dado a conocer a todas las instituciones con injerencia en la materia.

2. ¿Porqué este ABRAE existe y debe ser protegido?. En 1990 la dirección regional del Ministerio del Ambiente y del INOS adelantaron una evaluación muy detallada y sólidamente fundamentada de la capacidad de sustentación de la cuenca del Mucujún y, particularmente, de su potencial hídrico [1], [2]. El estudio se planteó como objetivo central justificar, cuantitativamente, los límites al crecimiento de la explotación de la cuenca, necesarios para lograr un desarrollo sostenible de la misma, sin comprometer su vocación principal como productora de agua potable para la ciudad de Mérida ni su caudal ecológico mínimo (demanda ecológica necesaria para sostener ambientalmente la cuenca) con proyección hasta el 2010. El estudio comienza por estimar el potencial hídrico de la cuenca calculando su capacidad de captación de agua a partir de una superficie estimada en 18.369 ha (53% de páramos) y de datos pluviométricos y de evapotranspiración en función de la temperatura, altura, pendientes y otras variables. Luego se pasa a cuantificar y caracterizar 5 rubros explotables en la cuenca: Producción de Agua, Agricultura, Ganadería, Vivienda (Población) y Turismo, calculando y discutiendo, pormenorizadamente, la demanda hídrica de cada rubro para los 2 momentos (1990-2010), así como su contribución a la contaminación del agua disponible.

Palabras más palabras menos, el extensivo estudio arroja resultados realmente preocupantes sobre la situación actual y el destino de la cuenca:

2.1. Crecimiento predominante de asentamientos poblacionales.
La máxima población que admite un desarrollo sostenible de la cuenca, considerando conjuntamente poblaciones concentradas localizadas y áreas de mediana densidad poblacional, es de 10.942 habitantes. Por su parte, la capacidad poblacional asociada a áreas turístico-receptivas, no debe ser mayor a 1.150 personas. No obstante, el crecimiento poblacional de la cuenca ha sido muy acelerado, estimándose en un 10,1% anual para el período 1978-1989. Esta es una tasa muy alta para un área considerada ahora como rural y cuyo crecimiento natural fue estimado en 2,5% anual para 1985. De mantenerse el crecimiento indiscriminado de población a esta tasa, que parece ser el caso, y copando las posibilidades de crecimiento de las demás actividades, para el 2010 la población alcanzaría los 17.186 habitantes, cifra superior al doble de los 7.784 registrados al momento del estudio (1990). Esta cifra supera en 6.244 personas (57%) al máximo estimado y en 16 l/s a sus requerimientos de agua.

2.2. Crecimiento predominante de la demanda de agua.
Se estima que con la capacidad de sustentación deseable, el caudal máximo aprovechable del Río Mucujún para el suministro de Mérida no debería superar la derivación que existía en 1990 de 800 l/s, aunque podría incrementarse con el caudal aprovechable de la quebrada La Cuesta hasta el máximo estimado para ella de 70 a 100 l/s. Esto permitiría el mantenimiento de las capacidades aceptables para esa capacidad de sustentación y el abastecimiento de agua para unas 212.353 personas que representan un 50% de la población estimada para Mérida en el año 2010. Ello exige que el consumo interno se mantenga lo más cercano posible al consumo que existía en 1990, estimado en 245,6 l/s para poder garantizar aquel suministro con un mínimo de períodos de déficit. El consumo potencial interno máximo que admite la cuenca, considerando el crecimiento de su población y sus actividades, ha sido estimado en 316 l/s. Sin embargo para alcanzar este máximo sin que se presenten situaciones críticas de desabastecimiento para Mérida en períodos de estiaje, será necesario compensar sus requerimientos de agua con la explotación de fuentes alternas que garanticen el suministro restante al del Mucujún, estimado en 841,5 l/s para el año 2010.

2.3.Crecimiento predominante de las actividades agrícolas.
Para satisfacer los requerimientos anteriores, la superficie máxima bajo riego a que puede llegarse en la cuenca es de 232,2 ha para agricultura intensiva; 664,5 para pastizales y 9,8 ha para áreas verdes de instalaciones turísticas. De la comparación entre las capacidades potenciales para el año 2010 y las capacidades de sustentación máximas, se deduce que el crecimiento de la actividad agrícola, ocupando el máximo de superficie con condiciones potenciales para ese uso, supera en 254 ha (hectáreas) (28%) y en 64 l/s (litros/segundo) a la capacidad de sustentación de la cuenca.

2.4. Crecimiento predominante de las actividades pecuarias, incluido el riego de pastizales.
La superficie excedente en relación a la capacidad de sustentación sería la misma que en el caso anterior, pero a los consumos por riego debe añadirse el consumo animal. Este último representa una diferencia de 108 l/s con respecto al definido a la capacidad de sustentación máxima y una diferencia total de 172 l/s.

2.5. Crecimiento de actividades turísticas.
Si se considera la superficie potencialmente desarrollable de 1.160,6 ha para el año 2010, a una densidad de 30 camas/ha, el incremento potencial de la población turística sería de 34.814 personas, lo cual rebasa sobradamente no sólo la capacidad de sustentación de población turística, sino que además triplica la población permanente máxima posible. En este caso los consumos llegarían a 116,8 l/s, que supera en 76,2 l/s a los consumos humanos totales.

2.6. Crecimiento de la contaminación orgánica del agua.
La producción de aguas residuales en 1990 se estimó en 1.309 M3/día (~ 15,2 lt/seg) y la carga orgánica en 748 Kg. DBO/día. El cálculo de la carga humana por habitante se basó en el valor de 95 gr de DBO/hab/dia, estimado a partir del análisis de aguas residuales. Partiendo del hecho que estas cifras están asociadas directamente al número de habitantes, cuya cifra se ha duplicado desde 1990, no es difícil concluir que los valores actuales deben andar por el orden de los 30 lt/seg para las aguas residuales y de los 1.500 kg. DBO/día. La concentración de carga orgánica que llega al río se estima en un 50% del total producido, en atención a la eficiencia promedio de los sistemas de tratamiento y manejo de aguas residuales. Algunos autores consideran que uno de los aspectos más preocupante es la contaminación del Río Mucujún por heces fecales de origen humano medida en términos bacteriológicos, por cuanto sobrepasa significativamente los valores considerados como limitantes para calidad potable y porque no se han desarrollado regulaciones y mecanismos preventivos eficientes ante el doblamiento anárquico de la cuenca y la descarga incontrolada de aguas residuales domésticas, principal fuente de este tipo de contaminación.

El estudio concluye con la siguiente reflexión: “Es importante destacar la necesidad de controlar y desestimular los asentamientos poblacionales restringiéndolos solo a su crecimiento natural. Aún cuando los consumos por este concepto son más reducidos que los de riego, son permanentes a lo largo de los años y se relacionan con un elevado potencial de descarga de aguas residuales y representan un uso irreversible del suelo.”



Figura 1:

3. Las observaciones de campo en el área adjudicada indican que se trata de depósitos de material arcilloso proveniente de la litología del sector circundante [3]. Esta litología produce suelos muy pesados, infértiles e inadecuados para desarrollos habitacionales debido a la presencia, por lo regular, de arcillas expansivas. Por otra parte, la ausencia de agua en la zona es tan crítica que los habitantes del Vallecito Medio y Bajo deben proveerse de la misma a través de una tubería que la trae desde el Valle Grande, en la margen opuesta del río. Como es reconocido por la tradición de los nativos, nunca ha crecido en esas tierras más que un pasto pobre de forma que para lograr un suelo fértil para la producción agrícola o lechera, se requeriría de mucho tiempo, inversión y, probablemente, uso de agroquímicos. Forzar desarrollos agrícolas sobre tierras frágiles y con escasez de agua no puede ser ecológicamente sólido ni económicamente sostenible. Todas estas condiciones críticas exigen de estudios previos muy bien fundamentados antes de emitir permisos de cualquier índole para el uso de estas tierras.

4. Aparte del trabajo referido anteriormente [3], estudios geológicos, geomorfológicos y sismotectónicos recientes señalan la presencia de por lo menos 3 fallas activas, colindantes con los terrenos referidos: la Falla del Mucujún, la Falla de la Hechicera y la Falla del Albarregas, cuya extensión al Vallecito fue detectada recientemente mediante estudios de emanaciones de Radón [4], [5], [6], [7], [8]. Esta situación no es inusual en regiones tectónicamente activas como los Andes Venezolanos y, al parecer, ninguna de estas fallas representan por ahora una amenaza importante para actividades agrícolas o de esparcimiento, pero sí pueden serlo para construcciones civiles habitacionales, de infraestructura o servicios. En Particular la Planta de Tratamiento de Aguas de Mérida y la Sub-Estación Eléctrica Mérida 2 están prácticamente montadas sobre la traza de la Falla de la Hechicera, con el agravante de que la Planta de Tratamiento está a escasos metros del talud hacia el Río Mucujún. En este último caso se han adelantado algunos trabajos para estimar la vulnerabilidad sísmica [9] y el diseño de una obra de mitigación [10], pero entiendo que estos estudios no se han concretado en realizaciones prácticas. Con relación a la sub-Estación Eléctrica y las torres aledañas de alta tensión pareciera que no se ha adelantado ningún estudio al respecto. Mientras hay que garantizarles un espacio generoso de seguridad a su alrededor.


REFERENCIAS

[1] Ing. Agr. MSc.(Agroecología) Yocoima Barreto, Geog. Fabiola Duque, 1990, “Estudio de la Capacidad de Sustentación de la Cuenca del Río Mucujún”, estudio elaborado para el MARNR–Zona16.

[2] González Edgar, Quintero Yoly Mar, “El uso del agua y sus problemas en el sector el Vallecito, Subcuenca Río Mucujún. Edo Mérida”. Trabajo de investigación, Biblioteca Ingeniería Forestal, ULA.

[3] Rosa Ramírez García, 2005, "Zonificación geomorfológica utilizando el concepto de estabilidad relativa aplicado a la microcuenca Los Tapiales, río Mucujún, El Vallecito, estado Mérida,Venezuela". Revista Geográfica Venezolana, Vol. 46(2) 2005, 235-252.

[4] Martín Rengifo; Reina Aranguren y Jaime Laffaille, 2006, “La Falla Albarregas: determinación de su traza mediante la detección de gas Radón”. Revista de la Facultad de Ingeniería de la U.C.V., Vol. 21, N° 4, pp. 95–102, 2006.

[5] Norvis N. Manzanilla, Noviembre de 2005, “Determinación de la(s) traza(s) activa(s) de la Falla la Hechicera en la zona norte del estado Mérida, usando detectores pasivos de gas Radón”. Trabajo Especial de Grado para optar al Título de licenciada en Física, ULA. Tutor: Profesor Martín Rengifo.

[6] Carlos Ferrer, 1995, Plano Geológico a escala 1:25.000 del sector El Vallecito. Instituto de Geografía, ULA.

[7] Almeida Rafael, Sánchez Maria Gabriela, Junio 2004, “Estudio geológico estructural del contacto paleozoico-terciario en los alrededores de la ciudad de Mérida”. Trabajo Especial de Grado para optar al Título de Ing. Geólogo, ULA. Tutor Académico: Prof. Castrillo José.

[8] Peñaloza Jogli, “Estudio Geológico-Estructural del margen izquierdo del Río Mucujún entre el Vallecito y la Culata”. Trabajo Especial de Grado para optar al Título de Ing. Geólogo, ULA.

[9] Carlos Espinosa, Edwis Leonardo Vivas, Rosa Ramírez y Otto Jurgenson, “Análisis de la vulnerabilidad sísmica del acueducto de la ciudad de Mérida, Venezuela”. Artículo no publicado. Biblioteca del CIDIAT, Mérida.

[10] Roberto Ucar Navarro,“Diseño de una pantalla atirantada de una franja adyacente a la cresta de la meseta donde esta fundada la planta de tratamiento del acueducto de Mérida. Enrique Bourgoin”, Estudio contratado por el INOS.



Mérida, 15 de Agosto de 2008.

1 comentario:

Kelly dijo...

Hola... muy buena información. Me gustaria ponerme en contacto con el autor del blog o sus escritores... Gracias.

Mi correo es kmquirozs@gmail.com